Queda ya lejos aquel 23 de julio de 1998 en que confirmé mi alternativa. Una calurosa tarde de verano, con toros de Julio de la Puerta y el cartel compuesto por Carlos Escolar "Frascuelo", Rafael de la Viña y Ricardo Aguín "El Molinero". Fue uno de esos viajes relámpago, ida por la mañana y vuelta en el autobús de medianoche, pero mereció la pena.

Tiempo después tomé la decisión de ir a Madrid varias veces durante la temporada. Las razones son dos: lo económico de sus localidades - hay plazas donde por 20 euros no te sientas ni sujetando la bandera- y el saber que lo que allí sucede puede cambiar el devenir de la temporada - aunque cada vez menos dado como está montado este "negocio"-
En cierta ocasión me contaba Raúl Aranda, que la noche de su confirmación de alternativa, tras salir por la Puerta Grande de Las Ventas, su apoderado firmó 40 corridas de toros. Que le pregunten a toreros como Rafael de Julia o Fernando Robleño lo que cuesta abrise paso hoy en día, aunque se triunfe en Madrid. También es el "hogar" de muchos de los grandes aficionados que uno ha tenido la suerte de ir encontrando en el camino, como Muriel Feiner, Pilar Vega de Anzo o Fernando Claramunt. (Javier Prieto)